Se ha demostrado que el desarrollo del lenguje está estrechamente relacionado con el exito escolar, por lo tanto del disfrute de los procesos de lenctura y escritora y todo lo que le rodea.
El contacto afectivo con la familia es clave para el desarrollo del lenguaje, el contacto uno a uno permite potenciar sus habilidades y que los padres detecten situaciones no esperadas en relación al lenguaje. Situación que es más difícil que ocurra en los centros educativos.
Acá te dejamos varios tips, te invitamos a difundirlos con todos los padres que conozcas para que nuestros niños y niñas puedan desarrollar sus potencialidades al máximo. 🙂
1. Hablar en todo momento.
En tus actividades diarias, cuando cocines, conduzcas el automóvil, cuando salgan a comprar… ¡en todo momento! por ejemplo si estás haciendo la cama describir lo que haces como: “voy a hacer la cama, mira, me encanta este cojín rojo, lo voy poner aquí…la cubrecama la pondré sobre todo…mira parece que tiene un mancha, mañana la voy a lavar…”
2. La entonación es importante.
Cuando más pequeño el bebé, más le hablamos con entonaciones a ellos, eso está bien, permite que los niños se fijen en la entonación y como les hablamos lento, les permite imitar algunos sonidos…continua hablando pausado con frases sencillas. A medida crecen inlcuye palabras nuevas cuando hablas y nombra las cosas que por lo general no nombras, como por ejemplo las bisagras de la puerta, el polvo en suspensión, los haces de luz, etc. Habla con el tono que le hablamos los niños. Lo que está mal es cambiarle el nombre a las cosas, por ejemplo decir “papu” a los autos o “tatos” a los zapatos.
3. Motivarlo a hablar.
No hay nada de malo en los gestos, sobre todo en los bebés. Los gestos dan cuenta de que se desea comunicar y entiende la lógica del lenguaje. Acompaña los gestos parafreseando lo que crees que desea. Por ejemplo si estira la mano señalando un juguete, tú dile: “ahhh quieres el oso de peluche, que suave es tu peluche, tómalo.” A medida crece, haz preguntas como: “qué quieres? ahhh tu peluche”. Ten cuidado de no frustrarlo, si no lo dice no es que no quiera, es porque no puede y necesita tiempo, mientras tanto tú habla por él.
4. Amplia su vocabulario.
No uses siempre las mismas palabras, usa sinónimos y describe situaciones vividas por ejemplo: “mira ese perro, tiene el pelo erizado, parece que está enejado” o “ve voy a abotonar la camisa y atar tus cordones.”
5. Demuestra un autentico interés.
Lo más importante para que un niño hable, es que tenga oportunidades para hablar, para ello cada vez que te diga algo esfuérzate por entender aunque sea difícil y así podrás continuar la conversación. Ponte a su nivel corporalmente de manera que puedan hablar cara a cara. Respeta sus ritmos, no completes lo que quiere decir, escucha con paciencia hasta que termine de comunicar lo que quiere decir.
6. Formula preguntas abiertas.
Estamos acostumbrados a iniciar conversaciones con preguntas cerradas como ¿comiste? (sí), ¿cómo te portaste?(bien), ¿cómo te fue? (bien). Intenciona preguntas abiertas como: ¿qué hiciste hoy al terminar el día?, ¿qué colores tenía tu comida?, ¿a qué jugaste con tus amigos hoy?
6. Corrige parafraseando.
Evita decir: “así no se dice, se dice así…” esto no es apropiado porque frustra al niño y no le motiva a hablar. En vez de eso puedes parafrasear, por ejemplo, si el niño o niña dice: “mira, está rompido” tú dile “sí, veo que está roto”.
7. Leer muchos libros y cantar.
Son esenciales, primeramente para disfrutar del lenguaje y para el desarrollo del lenguaje, le permite entender la estructura de las oraciones, la comprensión de lo que escucha, adquirir vocabulario y desarrollar la memoria.
¿Te sirvió? ¿qué otras cosas te han resultado?
Sigue potenciando el lenguaje y disfrutando de él. 